Se reconoció el origen profesional de su lesión y fue clasificada como persona "especialmente sensible".
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) de Luxemburgo ha establecido que la situación de larga enfermedad de un trabajador puede equipararse a una discapacidad, en casos de despido, cuando la empresa no haya agotado las posibilidades de adaptar el puesto de trabajo del afectado.
En una resolución, el TJUE ha contestado así una cuestión prejudicial planteada por el juzgado de lo social número 3 de Barcelona, a raíz del caso de una trabajadora que fue despedida mientras se encontraba de baja médica.
Por ese motivo, se reconoció el origen profesional de su lesión y fue clasificada como persona "especialmente sensible", figura legal que obliga al empresario a adoptar medidas especiales para evitar riesgos al afectado.
La resolución del TSJC considera que la menor productividad y polivalencia alegados por la empresa para despedir a la trabajadora puede ser considerada una práctica discriminatoria.
En ese sentido, establece que el concepto de discapacidad debe entenderse, en un sentido amplio, como dificultad para el ejercicio de una actividad profesional si la dolencia es de larga duración o tiene una perspectiva incierta de recuperación.
Sofía Linares, abogada del caso, considera que el despido de la trabajadora de la empresa Nobel Plastiques "enmascara una situación discriminatoria bajo la falsa apariencia de neutralidad".
EFE